Normalmente
comenzamos la Columna con la frase “Todo es cuestión de enfoques”. Pero hoy dejaremos
de lado los fenómenos sociales y políticos que nos aquejan, para comenzar con
la famosa frase “todo se lo debo a mi Jefa”, recordando aquella campaña de
concientización que destacaba que los logros de los hijos eran gracias al amor
y ejemplo de su Jefecita. Porque el mayor regalo de la vida es compartir
nuestras alegrías y sinsabores con nuestra Madre, Mamá, Ama, Jefa y Viejecita,
ese ser divino que nos dio la gran oportunidad de poder celebrar hoy y siempre
el mejor día de nuestras vidas.
Hoy es el
día que todos, incluidos los tiranos, nos tomamos de las manos para celebrar a
nuestra Madre querida y adorada, para buscarla y agradecerle infinitamente todo
lo que nos ha ofrecido. Inclusive lo hacemos aun cuando ella no esté presente
en el lugar donde nos encontremos, o su presencia física ha dejado un espacio en
este mundo terrenal, pero ella nos continúa guiando y observando desde
cualquier punto para brindarnos consejos que nos recuerden de que estamos
hechos. No dejemos que este momento se
marchite y se convierta en inútil, toda vez que no es necesario hacer una lista
de los “10 mejores regalos” para compartir estos momentos a su lado en su Día,
que es hoy y siempre. Pero es importante comentar que por más práctica que sea
una Madre, siempre espera un cálido detalle de sus hijos, para que después no
intenten inculpar a este articulista por su falta de creatividad.
¿Quién
motivó a emprender la construcción de una ciudad en el medio del Desierto? La
misma que ya celebró su primer Centenario con un año memorable en el cual hasta
Pavarotti nos cantó. ¿Quién impulsó la carrera de un niño futbolista que ahora
está a un paso de ir al Mundial de Brazil? Ese chiquillo que era llevado a
entrenar todos los días, aun de contra de su voluntad el deporte que tanto le
apasionaba y hoy es su fuente de ingresos. ¿Quién fomentó los valores humanistas
en los personajes que fundaron un Partido Político? Ese hombre que salió muy
joven de casa en las serranías para conquistar la gran capital porque creía en
otros ideales de libertad. ¿Quién inculcó los valores de democracia y espíritu
de servicio en nuestros gobernantes? Esos hombres y mujeres que hoy luchan por
nuestro bien común, y si no, que su Madre se los recuerde. Y por último
preguntamos a la conciencia de cada uno de nosotros ¿Quién nos llevó de la mano
a la escuela? En cualquiera de estos casos y en las múltiples de las
situaciones sociales que se presentan en la gran red de interacción, la
respuesta es muy sencilla y la moneda no está en el aire, es nuestra Madre,
Mamá, Ama, Jefa y Viejecita.
Al
igual que nuestro Padre, ella siempre se sentirá orgullosa de lo que trabajó
para forjarnos, ofreciendo su tiempo para convertir cada momento en
inolvidable. Basta con que cada uno recuerde un pasaje de su niñez en el que
nos dio una caricia, o una reprimenda, como cuando hicimos una tarea escolar
sin su ayuda, en la que por vez primera no fue ella quien la hiciera, no
obstante que nuestro maestro sabía perfectamente que un Ángel nos había
ayudado. Porque ese Ángel fomenta la seguridad en su hijo para que cuando él deba
de tomar decisiones, no deba ella de hacerlo en su lugar, como pararse al
frente de un balón de futbol para tirar el penal de la victoria, esos momentos
dependerán de las decisiones que permitirán a ese niño crecer.
Para
cada uno de nuestros lectores es importante reiterar que “Mi Mamá me enseñó a
abrir las alas para poder volar y emprender travesías desde el Nido, me formó
con bases sólidas para conquistar mis sueños y levantarme de los tropiezos.
Cada canción, cada paso que doy, cada sendero emprendido, es parte de los
logros de mi Mamá”. Este pensamiento ha
inspirado la vida y obra de cada individuo que ha poblado la Tierra, desde el
más humilde hijo de un carpintero, hasta el más grande de los atletas y
gobernantes, todos han recibido una lección de parte de su Madre: “Cuando
tienes un sueño, no te duermas en tus laureles, síguelo”.
Recordemos
que todos hemos atravesado por situaciones muy complicadas en la casa, la
escuela, el trabajo y en la jungla de la sociedad, donde el hombre y la mujer
se ha olvidado de la fraternidad para buscar sobrevivir con la ley del más
fuerte. En todos estos momentos de vida, siempre ha existido el amor de una
Madre que nos apoyó, cuando todos habían dejado de hacerlo y solo su amor se
mantendrá para confiar nuevamente aun cuando ningún otro ser crea o entienda
nuestras ideas.
Para
nuestros lectores y las Madres que nos leen en “Hechos y Opinión”, la mejor de
las dichas en su Día, que es hoy y siempre, porque su presencia despierta
confianza, amor a la vida y esperanza en un futuro mejor. Porque nos brindan la
palabra de oro con la que alejan el misterio más complejo para mantener encendidos
nuestros pensamientos y sentimientos. Son palabras que nos marcan con la más
grande verdad y le pintan una sonrisa a la vida de los que pasan a nuestro
lado.
Apuntes al Vuelo: Y usted como socializara con su Madre querida?…un
buen pretexto es llevarla a comer
El autor es analista político y social de la interacción
humana desde 1992. Catedrático Universitario y con amplia formación en el
servicio público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario