martes, 1 de marzo de 2016

ENTRE LA GASOLINA Y EL DOLAR

APUNTES AL VUELO

Todo es cuestión de enfoques y de la trinchera en que nos encontremos. ¿Quién recuerda cuando el dólar estuvo a $12.50? ¿Recuerdan cuándo un litro de gasolina costaba $4.83 pesos? Como dirían las nuevas generaciones Milenium, no estamos hablando de los 80’s, son precios de este siglo del que apenas van 16 años. Para nuestros abuelos el precio del dólar se quedó en $12.50 ya que durante mucho tiempo fue el precio oficial de la divisa norteamericana, un periodo que comprendió de 1954 a 1976, que al valor actual no alcanza ni un peso. Fue en la gestión del  Presidente José López Portillo que se hicieron trizas todos los records, primero al pronunciar la frase lapidaria de que “defenderé como un perro el peso”, para dar paso a la nacionalización de la banca y disparar el dólar primero a $22 pesos, en ese momento se hizo exactamente  la misma promesa que el sexenio de Peña Nieto “el peso se va a estabilizar”, pero desafortunadamente todo fue una mentira piadosa ya que de ahí se fue hasta los $70 pesos el dólar y lo entregó en $149 por cada billete verde.
En aquel entonces nos vendieron un crecimiento ficticio porque el Gobierno Federal y las Empresas Paraestatales maquillaron las cifras con números negros, cuando realmente eran rojos por la falta de calidad en el servicio y de competitividad tanto local como internacional, al grado que los precios se elevaron desmesuradamente al acabarse los generosos subsidios que cubrían las pérdidas de la mala administración de las riquezas económicas y naturales. Como diría mi abuelo “todo se fue al carajo” o como expresaría más propio un expresidente de los años maravillosos de los setentas, todo se fue por el famoso “cuerno de la abundancia” al devaluarse la moneda en un 400%. Desde entonces nos ha afectado la inflación. 
Y efectivamente, hubo una época de bonanza en la producción del petrolero, llegaron nuevos gobernantes y una clase política que comenzó a tomar decisiones, pero una vez más la mala gestión burocrática nos llevó a un barril sin fondo, cuando con la sobreoferta de México junto con la de los países productores dieron lugar a la caída de los precios del barril y de nuestra economía nacional. Fue así como en la administración de Miguel De La Madrid se comenzó a multiplicar la deuda externa y a devaluar en más de un 3,000% el valor del volátil peso mexicano que llegó a cotizarse en $2,295 pesos a finales de los ochentas. Nada más imagínense, en su gestión había más de mil Empresas Paraestatales que no generaban ni producían nada, por lo que las redujo a 400. Definitivamente era una época de abundancia y renovación moral de la sociedad.
Al igual que en los tiempos actuales en los 80’s y 90’s el Gobierno Federal intentó minimizar los efectos de la devaluación con campañas publicitarias y la disminución del gasto público, impulsando más controles a la importación, subiendo los precios y tarifas públicas, como los de la gasolina, pero todo se revirtió dando un efecto boomerang que disparó los sueldos y los costos de producción.
Pero ¿porque se devalúa el peso con respecto al dólar americano? Pues como dirían los versados locutores de espectáculos del Canal de las Estrellas, la respuesta es muy sencilla “porque nuestra inflación es mayor a la de nuestros vecinos del norte. Simplemente en el 2014 fue 5 veces mayor a los norteamericanos y en el 2015 fue tres veces mayor. Lo ideal sería que el Gobierno de Peña Nieto mantenga libre la oferta y la demanda para que su valor regrese a los $12.98 con las que los recibió de parte del panista Felipe Calderón y no los $18 pesos en que actualmente se ubica.
Con respecto a los precios de los combustibles estos también se han disparado por las nubes, no hace mucho tiempo, en la gestión de Vicente Fox el litro se cotizaba en $4.83 para la Magna y $5.82 para la Premium, con todo y esto su administración fue considerada como Foxilandia por la oposición, la misma que hoy no puede explicar el colapso de las Reformas Hacendaria y Energética. Cuando 12 años después el Revolucionario Institucional regresó a Los Pinos, la gestión Calderonista entrego el precio de la gasolina en $9.82 y $10.74 respectivamente, pero en su primeros doce meses la actual administración los elevo en $1 peso, para los siguientes 24 meses ya estaban cada uno de los litros otro pesito arriba y  ahora a la mitad de su camino el precio ha llegado a estar en otro pesos más, para quedar en $13.16 en Magna y $13.98 en la Premium. Definitivamente ha sido un gasolinazo tras gasolinazo.  
Los mexicanos hemos estado acostumbrados al sube y baja, pero desafortunadamente todo sube y ya nada baja. Cuando comenzó el presente año nos prometieron que las gasolina disminuirían, ahora el Presidente de Peña Nieto ha adelantado las acciones de la Reforma Energética programadas para el 2017, al hacer público que como parte de la apertura en Pemex para este primer semestre (la cual por cierto está colapsada) los precios se sujetaran a la oferta y la demanda. Es decir, el valor del litro deberá de bajar de conformidad con los costos de producción y de la materia prima para elaborar la gasolina, tal y como ocurre en la actualidad en otros países, en los que el precio del Barril del Petróleo está muy bajo, por tal motivo el valor del litro de gasolina ha sido menor, que es el efecto que se espera en territorio nacional para hacer frente a la crisis internacional.
Pero, si esto es cierto, ¿Porque en los Estados Unidos la Paraestatal abrió estaciones Pemex con precios más baratos que el litro de gasolina en México? Que alguien me explique este mal escenario nacional. O como diría Chabelo “dejemos de lado el gran lastre del Gobierno y el Capitalismo de cuates que tanto mal han causado a la economía desde tiempos inmemorables”. En los primeros pasos para la liberación de la Gasolina se ve un solo ganador y no somos los consumidores.
Notas al Vuelo: Pronto veremos Oxxogas…Definitivamente el olvido es un Don que se nos niega…No existe mayor desigualdad que crear leyes para establecer igualdad…Este pajarillo Si Vuela.

El autor es analista político desde 1992, catedrático universitario y tiene amplia formación en el servicio público. 

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