APUNTES AL VUELO
Todo es
cuestión de enfoques y de la trinchera en que nos encontremos. ¿Quién recuerda
cuando el dólar estuvo a $12.50? ¿Recuerdan cuándo un litro de gasolina costaba
$4.83 pesos? Como dirían las nuevas generaciones Milenium, no estamos hablando
de los 80’s, son precios de este siglo del que apenas van 16 años. Para
nuestros abuelos el precio del dólar se quedó en $12.50 ya que durante mucho
tiempo fue el precio oficial de la divisa norteamericana, un periodo que
comprendió de 1954 a 1976, que al valor actual no alcanza ni un peso. Fue en la
gestión del Presidente José López
Portillo que se hicieron trizas todos los records, primero al pronunciar la
frase lapidaria de que “defenderé como un perro el peso”, para dar paso a la
nacionalización de la banca y disparar el dólar primero a $22 pesos, en ese
momento se hizo exactamente la misma
promesa que el sexenio de Peña Nieto “el peso se va a estabilizar”, pero
desafortunadamente todo fue una mentira piadosa ya que de ahí se fue hasta los
$70 pesos el dólar y lo entregó en $149 por cada billete verde.
En aquel
entonces nos vendieron un crecimiento ficticio porque el Gobierno Federal y las
Empresas Paraestatales maquillaron las cifras con números negros, cuando
realmente eran rojos por la falta de calidad en el servicio y de competitividad
tanto local como internacional, al grado que los precios se elevaron desmesuradamente
al acabarse los generosos subsidios que cubrían las pérdidas de la mala
administración de las riquezas económicas y naturales. Como diría mi abuelo
“todo se fue al carajo” o como expresaría más propio un expresidente de los
años maravillosos de los setentas, todo se fue por el famoso “cuerno de la
abundancia” al devaluarse la moneda en un 400%. Desde entonces nos ha afectado
la inflación.
Y
efectivamente, hubo una época de bonanza en la producción del petrolero,
llegaron nuevos gobernantes y una clase política que comenzó a tomar
decisiones, pero una vez más la mala gestión burocrática nos llevó a un barril
sin fondo, cuando con la sobreoferta de México junto con la de los países
productores dieron lugar a la caída de los precios del barril y de nuestra
economía nacional. Fue así como en la administración de Miguel De La Madrid se
comenzó a multiplicar la deuda externa y a devaluar en más de un 3,000% el
valor del volátil peso mexicano que llegó a cotizarse en $2,295 pesos a finales
de los ochentas. Nada más imagínense, en su gestión había más de mil Empresas Paraestatales
que no generaban ni producían nada, por lo que las redujo a 400.
Definitivamente era una época de abundancia y renovación moral de la sociedad.
Al igual que
en los tiempos actuales en los 80’s y 90’s el Gobierno Federal intentó
minimizar los efectos de la devaluación con campañas publicitarias y la
disminución del gasto público, impulsando más controles a la importación, subiendo
los precios y tarifas públicas, como los de la gasolina, pero todo se revirtió
dando un efecto boomerang que disparó los sueldos y los costos de producción.
Pero ¿porque
se devalúa el peso con respecto al dólar americano? Pues como dirían los
versados locutores de espectáculos del Canal de las Estrellas, la respuesta es
muy sencilla “porque nuestra inflación es mayor a la de nuestros vecinos del
norte. Simplemente en el 2014 fue 5 veces mayor a los norteamericanos y en el
2015 fue tres veces mayor. Lo ideal sería que el Gobierno de Peña Nieto
mantenga libre la oferta y la demanda para que su valor regrese a los $12.98 con
las que los recibió de parte del panista Felipe Calderón y no los $18 pesos en
que actualmente se ubica.
Con respecto
a los precios de los combustibles estos también se han disparado por las nubes,
no hace mucho tiempo, en la gestión de Vicente Fox el litro se cotizaba en
$4.83 para la Magna y $5.82 para la Premium, con todo y esto su administración
fue considerada como Foxilandia por la oposición, la misma que hoy no puede
explicar el colapso de las Reformas Hacendaria y Energética. Cuando 12 años después
el Revolucionario Institucional regresó a Los Pinos, la gestión Calderonista
entrego el precio de la gasolina en $9.82 y $10.74 respectivamente, pero en su
primeros doce meses la actual administración los elevo en $1 peso, para los
siguientes 24 meses ya estaban cada uno de los litros otro pesito arriba y ahora a la mitad de su camino el precio ha
llegado a estar en otro pesos más, para quedar en $13.16 en Magna y $13.98 en
la Premium. Definitivamente ha sido un gasolinazo tras gasolinazo.
Los mexicanos
hemos estado acostumbrados al sube y baja, pero desafortunadamente todo sube y
ya nada baja. Cuando comenzó el presente año nos prometieron que las gasolina
disminuirían, ahora el Presidente de Peña Nieto ha adelantado las acciones de
la Reforma Energética programadas para el 2017, al hacer público que como parte
de la apertura en Pemex para este primer semestre (la cual por cierto está
colapsada) los precios se sujetaran a la oferta y la demanda. Es decir, el
valor del litro deberá de bajar de conformidad con los costos de producción y
de la materia prima para elaborar la gasolina, tal y como ocurre en la
actualidad en otros países, en los que el precio del Barril del Petróleo está
muy bajo, por tal motivo el valor del litro de gasolina ha sido menor, que es
el efecto que se espera en territorio nacional para hacer frente a la crisis
internacional.
Pero, si
esto es cierto, ¿Porque en los Estados Unidos la Paraestatal abrió estaciones
Pemex con precios más baratos que el litro de gasolina en México? Que alguien
me explique este mal escenario nacional. O como diría Chabelo “dejemos de lado
el gran lastre del Gobierno y el Capitalismo de cuates que tanto mal han
causado a la economía desde tiempos inmemorables”. En los primeros pasos para
la liberación de la Gasolina se ve un solo ganador y no somos los consumidores.
Notas al Vuelo: Pronto veremos Oxxogas…Definitivamente el olvido
es un Don que se nos niega…No existe mayor desigualdad que crear leyes para
establecer igualdad…Este pajarillo Si Vuela.
El autor es analista político desde 1992, catedrático
universitario y tiene amplia formación en el servicio público.
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