EL IMPACTO DE LAS OLIMPIADAS
Por Juan Enrique “Pájaro” González
Todo es
cuestión de enfoques y del país en que te encuentres. Al igual que cada cuatro
años, ahora que comenzarán los Juegos Olímpicos en Rio de Janeiro, las miradas
del Mundo entero estarán durante dos semanas enfocadas al espíritu combativo y
competitivo, todo bajo las reglas del fair play. En la historia del Deporte
solamente Brazil y México han sido sedes de manera consecutiva de los dos
eventos más importantes, aquí en nuestro país recibimos primero a los atletas
olímpicos en la edición de 1968 y posteriormente a los futbolistas en el año de
1970, en esta ocasión los cariocas organizaron el Mundial de Futbol en 2014 y
ahora son sede de los XXXI Juegos de la era moderna. Ambas naciones debieron de
invertir fuertemente en infraestructura básica en carreteras, trenes,
aeropuertos y puertos, así como estadios, villas olímpicas y hoteles para
atender a todos los visitantes. Estas inversiones en países con tantas
carencias y problemas sociales les generaron manifestaciones en contra del
gobierno y los eventos deportivos, cuando la esencia de las dos fiestas es la de fomentar los más altos valores de
hermandad entre todos los participantes.
Organizar
estos eventos internacionales son al igual que las fiestas familiares, el
espacio para celebrar y presumir un nuevo estatus social, son para los países
el escaparate para presumir que están preparados para ingresar a la elite
mundial. Vale recordar los casos de Barcelona 1992, con el que España demostró
que estaba preparada para dejar atrás el atraso generado por las épocas de la
dictadura, o bien, el de Atenas en el 2004 que intentaba demostrar que el
Comité Olímpico Internacional se había equivocado en no concederles la sede del
Centenario en 1996, para declararse al poco tiempo el gobierno griego en
quiebra, ya que pidieron prestado y no pudieron pagar. El caso de Beijing en el
2008 llegó al extremo de que China intentaba convencer al Mundo de ser un país
moderno y democrático, pero se llenaron de manifestaciones por violentar los
derechos humanos de los trabajadores que construyeron a marchas forzadas los
estadios y las obras de infraestructura.
Estas son la otra cara de los Juegos Olímpicos.
Sin duda
alguna, Brasil pertenece a este selecto club, han hecho esfuerzos importantes
por transformarse para estar a la altura del poder económico. Primero
desembolsaron para el Mundial de Futbol la friolera cantidad de $18 billones de
dólares para reconstruir y construir, de los cuales solo $4 billones pusieron
los organizadores, el resto fue del bolsillo del pueblo carioca, por tal motivo
se estancó la economía familiar. Dos años después se aprovecha que se
reconstruyo al país para solamente invertir aproximadamente $15 billones de
dólares en los estadios deportivos y la Villa Olímpica, la cual aún no está
terminada. La inversión combinada establece un nuevo récord para la
organización de estos eventos internacionales, como justificación el Gobierno
de Lula da Silva y el de Dilma Rousseff,
respectivamente, argumentan que se generaron 120 mil empleos en los últimos 6
años, y que esto representa un impacto económico para Brasil de $51 billones de
dólares. Datos sumamente optimistas.
En
contraparte, en un país organizado y altamente competitivo como Inglaterra, se
vieron fuertemente afectados por las Olimpiadas de Londres en el 2012, porque
se triplicaron los turistas previstos para los años previos y posteriores de la
justa veraniega, al grado que las multitudes utilizan de manera frecuente los bienes
y servicios, los cuales siendo de alta calidad soportan el uso rudo más sin
embargo en Londres se vieron afectados otros lugares que no habían sido
reforzados para tantos visitantes. Inclusive algunos turistas boicotearon al
sector hotelero por haber incrementado los precios y a otras actividades
turísticas vinculadas. Habría que esperar que sucederá ahora en Rio de Janeiro
que es un lugar con etiqueta de místico y exótico para sus visitantes.
Para estas
dos semanas de competencia deportiva, los medios de comunicación y los comités
olímpicos arribaron anticipadamente para preparar todos los detalles.
Indudablemente que la participación cada vez mayor de deportes, atletas y
delegaciones ha contribuido a fortalecer la fuerza del Comité Olímpico, sumado
a que ha evolucionado de ser amateur a profesional en todos los sentidos, con
deportistas de elite internacional, la comercialización de productos, los
derechos de televisión y los patrocinios de las empresas deportivas, bancarias
y de otros giros. Hubo una época en que los participantes únicamente se
dedicaban y vivían del deporte, viajaban con dos meses de anticipación para
llegar a la sede de los Juegos para ser parte de la historia. Y efectivamente
sus hazañas son parte de las memorias deportivas.
La
magia del deporte es tan grande que desde la primera edición allá por 1896 en
Atenas, en la que participaron 14 delegaciones de todo el Mundo con un total de
214 deportistas, todos masculinos porque existía la prohibición de la
participación de las mujeres en las actividades públicas. Esta magia ha
permitido crecer la participación de otras naciones, ya que en los Juegos de
Melbourne en 1956 ya eran 67 delegaciones, en las que el número de mujeres iba
en crecimiento con 364 atletas. Un duro golpe fueron los boicots recíprocos de
los Estados Unidos y Rusia en la década de los ochentas en que la participación
se estancó en 81 delegaciones en las que el número de atletas ya rondaba los 5
mil participantes. Fue en Barcelona 1992 que el estatus olímpico cambio para
siempre al permitirse el acceso a los profesionales, como el famoso arribo del
Dream Team en el basquetbol, siendo 172 delegaciones con poco más de 9 mil
representantes de todo el Mundo.
Durante
dos semanas, disfrutaremos de las hazañas de hombres y mujeres de 214
delegaciones nacionales, cerca de 12 mil atletas que buscan cumplir su sueño y
emular a sus héroes olímpicos. De estos países existen grandes abismos, como el
de Afganistán que tendrá un solo atleta, siendo una de las 20 naciones que
tendrán no más de 3 delegados. El país organizador tendrá a 465 deportistas en
competencia, todo un record para los cariocas, por lo que tienen todo un reto
para superar el legado de los últimos organizadores que potencializaron su
esencia deportiva al ser sede y cosechar muchas medallas, como el caso de
España que aportara 306 delegados, China ha acreditado a más de 400 atletas y
el Reino Unido toda una potencia con 366 buscaran revalidar las preseas
conquistadas en casa. Por su parte los 554 norteamericanos acreditados en Rio
de Janeiro tendrán que aprovechar una nueva oportunidad para superar al bloque
ruso, mismo que vio reducida su delegación a 265 atletas por el castigo de
doping sufrido en el 90 deportistas de pista y campo.
Y
si usted se pregunta cuántos mexicanos acudirán a la justa veraniega, la
respuesta son 124 atletas, lo que nos ubica en el plano internacional a la par
de Rumania, Sudáfrica y Suiza, por lo que estaremos muy atentos de las
actuaciones de nuestros connacionales. Sin embargo, históricamente estos países nos superan en las conquistas de
preseas ya que los rumanos cuentan con 301, seguidos de los suizos con 180 y en
tercer lugar se ubican los sudafricanos con 70 medallas, ocho más que las que
hemos logrado conquistar con tanto sacrificio en las veintidós ediciones
previas a las que hemos acreditado delegaciones. Este es el impacto de los
Juegos Olímpicos en nuestras vidas, las cuales se paralizaran durante dos
semanas para vitorear a nuestros hombres y mujeres.
Notas al Vuelo: El Mundo se rinde ante Pokemon Go…Y este Pajarillo
Si Vuela.
El
autor es analista político desde 1992, catedrático universitario y tiene amplia
formación en el servicio público.
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