martes, 18 de octubre de 2016

TIEMPOS DIFICILES

LOS COMENTARIOS DE APUNTES AL VUELO:  
Por Juan Enrique “Pájaro” González

Todo es cuestión de enfoques y de la trinchera en que te encuentres. De cara a las elecciones en Estados Unidos el aspirante a la Presidencia Donald Trump ha declarado que levantará un muro, (donde por cierto ya existe uno) y que aplicará mano dura en contra de los inmigrantes, ¿Más?. Esto ha generado que se levanten voces de ambos lados de la frontera para expresar su aprobación o desatino, cuestión que no incomoda al magnate de las bienes raíces. Se siente tranquilo por gozar del apoyo de un sector radical que solicita que se deporten a 11 millones de mexicanos y que se aplique la ley en la frontera. Estas medidas se reforzaron con acciones de seguridad a través de la Operación Guardián que puso en marcha en 1994 el entonces Presidente Bill Clinton, ¿Les suena familiar?, con el cual se reforzaron las vallas, se invirtió en tecnología y se aumentó el número de guardias. Así de sencillo.
No es un secreto que la comunidad inmigrante más grande es la de mexicanos que han salido de nuestro país por los tiempos difíciles que atraviesa, todo en la búsqueda del famoso “sueño americano”. El mismo que buscó la madre de Mr Trump, la inmigrante escocesa Marie Anne MacLeod Cleod, que en 1930 se introdujo al país con el estatus de turista pero sus intenciones eran ya nunca regresar, consiguió ubicarse como empleada doméstica porque anhelaba la ciudadanía, un hecho al que el hoy aspirante Presidencial califica como un delito. Su discurso ha sido reiteradamente en contra de los inmigrantes, particularmente contra nosotros, por lo que difícilmente recibirá apoyo de la comunidad latina, aun cuando haya sido recibido por el Presidente Peña Nieto en la residencia oficial de Los Pinos, con todo el protocolo de un primer mandatario. Este suceso generará complicaciones en nuestra relación bilateral
El movimiento de inmigrantes es esencialmente un fenómeno social y político, que en México obedece más a cuestiones laborales, particularmente por vivir en la frontera más importante del Mundo, y si los mexicanos se desplazan hacia los Estados Unidos es porque existe demanda laboral y los nuestros son una excelente mano de obra. Pero también existen otras partes en el planeta donde los fenómenos obedecen a situaciones políticas muy complicadas, por lo que estas personas se ven obligadas a dejar sus lugares de origen por temor a represalias en contra de sus bienes o de su vida misma. Es así como en la actualidad podemos observar que en las ciudades fronterizas del Sur se mueven centroamericanos que ya se han quedado a radicar en  nuestro país, viven como mexicanos aun cuando papeles no hayan regularizado, pero se las han arreglado para tener documentos oficiales como actas de nacimiento y credenciales de elector. La razón es que su apariencia física es parecida a nosotros y por ende pasan desapercibidos.
Pero por otra parte, en estos momentos complejos nos encontramos con nuevas razas en nuestras fronteras del Norte, particularmente de africanos  que hablan inglés u otra lengua, y haitianos que hablan francés, y que sus características físicas son muy diferentes a las nuestras, por lo que definitivamente nos llaman la atención. Ellos buscan asilo humanitario en el vecino país por que han huido de sus hogares por la desgracia que los azota, en su travesía han sobrevivido al hambre, las enfermedades y las guerras en sus lugares de origen.
Ahora que están en territorio mexicano nos reclaman atención a los incrédulos ciudadanos y acciones eficaces de parte del gobierno, las mismas que exigimos para nuestros connacionales en territorio estadounidense. Definitivamente, no estamos preparados para estas contingencias migratorias porque nosotros somos un país expulsor, pero en otras ocasiones históricas hemos sido receptores de extranjeros que luchaban contra la el Socialismo de la antigua Rusia o de la Dictadura Española, por citar algunos ejemplos.
Así como pedimos las mismas oportunidades para los mexicanos, a los que se les permita su residencia pacifica en los Estados Unidos, sin persecuciones de los “Minute Man”, o del rocío de insecticidas en los campos agrícolas contra los que luchó con éxito César Chávez, o sin discriminación en los centros de trabajo o las escuelas por ser ilegales, es exactamente lo mismo que hoy piden de nosotros los africanos y haitianos, un trato digno y humanitario. Al respecto la Secretaría de Gobernación autorizó la estancia temporal en tanto resuelven su asilo en Washington, pero ¿qué pasaría si esta resolución nunca llega y ellos se quedan a radicar en México? Esta difícil pregunta nos pondría en una disyuntiva para atender estas épocas de turbulencia. 
Para casos humanitarios, el Gobierno de Estados Unidos ha establecido programas de ayuda para los refugiados políticos a través del Departamento de Niños y Familias de la Oficinas de Seguro Social, les ofrecen en algunos casos apoyos económicos mensuales, seguro médico y pensiones alimenticias. Cuentan con varios fondos públicos y privados que pueden oscilar hasta los $100 millones de dólares. Nuestros connacionales no aplican para estos programas porque  afortunadamente nuestro país no está inmerso en conflictos armados. Pero al igual que Mr Trump también existen voces en el Congreso estadounidense que promueven iniciativas para revocar estos privilegios.
La incógnita en México es ¿De dónde vamos a sacar este dinero para atender a nuestros inquilinos? Cuando con dificultades podemos atender los problemas domésticos. Este es un fenómeno internacional al que afrontan otras naciones con pesadumbre, por lo que no cabe duda, se aproximan tiempos difíciles para atender a los africanos y haitianos que se queden provisionalmente o en definitiva a radicar en nuestras ciudades fronterizas.
Notas al Vuelo: Los legisladores federales y locales quieren eliminar el fuero…el gobernante dijo adoptar es contra la Naturaleza de dos hombres…todo esto en el mismo Nuevo León…Ricardo Anaya realiza giras de trabajo y Margarita eventos de proselitismo…Este Pajarillo Sigue Volando.


Columna 219
El autor es analista político desde 1992, catedrático universitario y tiene amplia formación en el servicio público.  

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