APUNTES AL VUELO:
Por Juan Enrique “Pájaro” González
Todo es
cuestión de enfoques y de la trinchera en que nos encontremos. Cuando comenzó
el año nos recibieron con un incremento en los precios del combustible con la
justificación que era producto de la reforma energética para el bien del país y
en consecuencia de los mexicanos. Estas medidas evitarían los famosos
gasolinazos, así como los incrementos a la energía eléctrica y el gas, porque
se abrirían los mercados ante una libre competencia, la cual dejaría sin efecto
un precio único fijado por el gobierno federal, pero todo fue una Red de
Mentiras. Para empezar la gasolina y la energía eléctrica son suministradas por
empresas oficiales, no existe diversidad de grupos empresariales que nos
ofrezcan sus servicios, ninguno de nosotros puede decir está en libertad escoger
un proveedor diferente, todo es bajo el mismo estándar de calidad.
Los
economistas y principalmente los usuarios coinciden, tengas o no un vehículo
particular, este ha sido un duro golpe para la economía familiar, porque estas
medidas en esencia mal planificadas han generado una escalada de precios en los
productos y servicios que se producen con energía eléctrica o con gas y que se mueven
con combustible en todo el territorio nacional. El primer argumento fue que el dólar
había subido, o el peso se había depreciado, según como lo quieran ver, incrementándose
la divisa norteamericana hasta $4 pesos, pasando de $18 a $22 pesos la venta
del dólar en las casas de cambio y en los bancos. Con este contexto, se subió el
precio de la gasolina en un 20%, cuando pagabas en diciembre $13.98 ahora pagas
$15.99 por el litro de magna, $14.81 por Premium, ahora pagas $17.79, y por el diésel
$14.63, ahora pagas $17.05. Un incremento que nos desquicio en nuestras
finanzas porque seguías echando la misma cantidad en pesos, pero por cada $250 pesos tenías dos litros menos.
Al haber
bajado el dólar los mismos $4 pesos, para regresar a los $18, no se ha
presentado un decremento en la Inflación
que se vive en mercados, tiendas y en la compra de cualquier producto, mucho
menos en el precio del litro de gasolina, de la energía eléctrica o en el gas. El
Gobierno Federal aseguraba desde el año pasado que no habría incrementos
desorbitados, y que a la fecha no ha habido, pero cuando usted se presenta al
mercado a comprar sus alimentos estos ya están reetiquetados en un 20% adicional,
no se ve la voluntad para establecer
políticas que bajen los precios. Pues mientras seguimos escuchando
cientos de anuncios publicitarios, en los que el Gobierno de Peña justifica el
incremento por el precio internacional de la gasolina y la cotización del peso
con relación al dólar, éstos vienen a la baja cada día, y no se refleja en la
disminución de costos al consumidor en los combustibles. Reiteramos, no se
percibe una estrategia del Gobierno y de la Profeco por meter en cintura este
espiral de incrementos.
Y
el segundo argumento, es el del impuesto a los combustibles, situación que ha
generado que algunos analistas y políticos expresen rabiosamente que quienes
solicitan la reducción del IEBS lo hacen por tun total desconocimiento de la
realidad nacional, efectivamente es un desconocimiento pero de quienes dirigen
los destinos de la Nación. Pero también señalan que las críticas son
simplemente medidas populistas, y podría ser que algunos se avoquen a salvar al
país con simples críticas pero no todas son sin fundamento, existen miles de
voces preocupadas por el rumbo que tan irresponsablemente estamos tomando. Basta
con oír la defensa del impuesto y los argumentos para sostenerlo, que nada más
de escucharlas en la radio, televisión e Internet te llevan a la conclusión de
pedir perdón al Gobierno Federal.
En conclusión,
en el presente año subió todo porque influyeron tres factores reales. El primero,
es la falta de voluntad del Gobierno por bajar los precios aun cuando el precio
del petróleo ha descendido y que a nivel internacional cueste menos el litro
que en México. El segundo, es el problema que ha generado el transporte y
almacenamiento de la gasolina, derivando en jaloneos entre el Gobierno y los
gasolineros que se quejan por el precio tan elevado, lo que llevó en un
principio al desabasto del producto. Y tercero, es el famoso impuesto a la
gasolina que se aplica por cada litro vendido, el cual nos dicen que no van a ajustar,
ni mucho menos retirar. Siempre el argumento del Gobierno Federal es que no se
puede bajar el precio de los energéticos, por los tres puntos antes descritos,
y porque sale muy caro producir, distribuir y vender el preciado producto, pero
sin ser un experto en la materia, nos preguntamos ¿Porque Pemex vende más
barata la gasolina en su subsidiaria en Estados Unidos?
Pero
si el impuesto a los combustibles es un impedimento para bajar los precios, la
pregunta que salta es ¿Por qué los gasolineros si pueden ofrecer los combustibles
más baratos que el precio oficial? La respuesta es muy simple, porque si existe
voluntad para hacerlo. Han decidido renunciar a parte de su ganancia para no
afectar severamente a la comunidad, y ¿Qué esperan los demás actores sociales y
comerciales para seguir sus pasos? Así de sencillo.
Alguna
vez fuimos líderes en la producción del petróleo, y la falta de visión nos
llevó de pasar del país del cuerno de la abundancia, a un productor que hoy tiene
que comprar seis de cada diez litros de gasolina que consume. Ante la falta de
voluntad de dar marcha atrás, nos lamentaremos que las familias pierdan su
poder adquisitivo, que las empresas pierdan su competitividad y que los extranjeros
pierdan el interés por invertir. En definitiva es preocupante esta
ausencia de una adecuada política económica del Gobierno que encabeza Enrique
Peña Nieto, porque sumado a lo anterior, además las reservas económicas del
país se han disminuido, la deuda pública se ha incrementado y, con ello la
pobreza de los mexicanos es cada día mayor, que al igual que la popularidad del
primer mandatario ha caído a un 34% en tan solo tres meses.
Notas al Vuelo: Descanse
en paz el buen Rafael “nomenai” Ayala…Un abrazo para la Familia Almada por la pérdida
de su Madre… Este Pajarillo Sigue Volando.
El autor es analista político desde 1992, catedrático
universitario y tiene amplia formación en el servicio público.
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