APUNTES AL VUELO: ¿QUE LE ESPERA A LA ECONOMÍA MEXICANA?
Por Juan Enrique “Pájaro” González
Todo es
cuestión de enfoques y de la trinchera en que nos encontremos. Tras permanecer
la economía en un sube y baja durante los últimos tres meses por la falta de
decisión de las autoridades de hacienda, por fin alguien se decidió actuar al
respecto, siendo los aventurados los analistas privados que se animaron a
elevar los números de sus pronósticos, al considerar que abra un aumento en un
5.67% en las finanzas de las familias mexicanas, pero no se adelanten a los
hechos, lo hicieron con respecto a la Inflación que afectará en los siguientes
meses. Nos referimos a que los precios subirán de los productos y servicios que
se consumen en los hogares, porque no habrá una caída de los mismos, al
contrario se dispararan.
Para afrontar
esta situación, los mexicanos deberán enfrentar con una firmeza que ha estado
ausente por parte del sector gubernamental, siendo el principal reto la
inseguridad pública, el segundo reto es el combate a la corrupción, un mal que
aqueja desde Los Pinos hasta las cámaras empresariales, y en tercero los
cambios en las formas de conducir las reformas educativas, otro punto directo
al gobierno. Uno de los mayores dolores de cabeza es la inseguridad que se
padece, lo cual se traduce en la falta de confianza para invertir los ahorros
personales o de la familia en el sector económico, ya que rápidamente son víctimas
de violencia, robo y el abuso de la autoridad.
En los últimos
tiempos ha existido una cruda descomposición en los valores y costumbres
familiares, las cuales se ven reflejadas en las actitudes de padres que
abandonan a sus hijos y de hijos que desobedecen a sus adultos, y estos padres
son profesionistas que dirigen una empresa, y este es el trato que dan a sus
subordinados, quienes replican esta actitud con los empleados, una verdadera
cadena de producción. O bien estos padres son maestros, que se encargan de la
formación de los valores de los pequeños, se educan en la creencia que es
normal este trato, porque lo reciben en casa y se replica en la escuela.
Definitivamente, no todo es culpa de las autoridades, que también tienen su cuota
de responsabilidad, porque todos le abonamos un tanto un poquito más a esta
espiral de descomposición social.
Una persona
que se involucra en actividades delictivas deja sin sustento a una familia,
para transmitir el botín a la economía de su hogar. El origen tiene diversos
factores de carácter social, de usos y costumbres, psicológico, económico y político,
particularmente de aquellos que se ven inmersos en el escándalo por las famosas
grabaciones de un padre de familia que le ofrece una jugosa cantidad a una política
que es madre de familia que lleva esos dividendos a su hijos.
El segundo
reto a enfrentar es la corrupción, esa enfermedad que envenena el alma de
quienes abusan del poder por estar al
frente de una empresa o de una dependencia de gobierno, de quien dispone de recursos
económicos suficientes para ofrecerlos, porque simplemente no son suyos, los
dilapida porque no se ha esforzado para conquistar las riquezas. Como dirían
los antiguos sabios “el hombre justo lo es por su naturaleza” y definitivamente
estos personajes sociales no lo son. Prefieren incurrir en actos menores de
cohecho al interactuar con ciudadanos comunes y corrientes, como nosotros, que
estamos dispuestos a invertir a fondos perdidos para salir delante de un
problema en la escuela, el trabajo o con los engorrosos trámites burocráticos.
O bien, si nos sentimos de altos niveles participamos en la corrupción a gran
escala al involucrarnos con amigos para influir en los círculos empresariales o
centrales del Estado, y que permitirá a líderes beneficiarse bajo el pretexto
que todo es por el bien común. En ambos casos una familia invierte y otra
familia se beneficia, aquí regresamos al punto de los valores en casa.
Existen casos
muy claros que la corrupción afecta a todos, no solo a la clase política.
Lamentablemente tenemos los ejemplos de los ex Gobernadores que se encuentran
presos o prófugos por malversación de fondos, pero también existen casos de
empresarios que comenten delitos con fondos privados, al contratar servicios,
desviar contratos o al negarse a pagar impuestos. Si desde la casa de estos hoy
Padres de familia, les hubieran inculcado lo valores de honradez, hoy no
estarían enfocados en generar más beneficios fuera de libreta para sus hogares.
La vida de muchas vueltas, por eso ahora
el Gobierno debe avocarse a afrontar una asignatura pendiente, la cacareada
reforma educativa, esa que es la llave de todo este océano de problemas
sociales. Siempre hemos escuchado de personas mayores a uno, que antes la
educación y los valores eran rectos y directos, que antes todo era mejor. Pero
hay una realidad, cada vez estas frases se diluyen en un pozo porque vemos
mayor inseguridad y violencia, desde los videos juegos o los programas de
televisión, o bien somos testigos de actos de conductas ilícitas de corrupción
que son resultado de una sociedad que funciona con un sistema que no es
apropiado, pero considera que es normal. En este tenor debemos de considerar
que existen dos causas de los problemas educativos, los factores del fracaso pueden ser por cuestiones
externas y personales. Las primeras son las que rodean el entorno en que se desarrolla
el joven aprendiz, como la familia y la escuela, dos pequeños grandes detalles
que hemos estado comentando en nuestra columna. Y las segundas son las que
afectan de manera particular a los pequeños, como son la falta de carencia
afectiva, la baja autoestima y los problemas de salud, circunstancias que
influyen en la formación de los futuros adultos de esta sociedad.
De manera general, la opinión social ha
venido a la baja con respecto a la actuación de las autoridades federales en
los temas de seguridad, combate a la corrupción y educación, situaciones que se
ven reflejadas en los indicies de popularidad del Presidente de la Republica
que se encuentra en la cantidad más baja para un mandatario, así como en la
opinión de los empresarios y de los comerciantes, padres de familia preocupados
por llevas un sustento a sus familias. Los empresarios califican muy bajo a las
políticas económicas, al considerar que este no es el mejor momento para
invertir por lo que esperar perdidas corporativas, en tanto que los
comerciantes han perdido la confianza por la falta de rumbo ante el alza del dólar,
del combustibles y la subsecuente escalda de precios en los bienes y servicios,
situación que no cambio al bajar el dólar. Por lo que para las familias de
estos mexicanos y las de nosotros, no se esperan repuntes en las finanzas domésticas
en el presente año, se vislumbra un disparo en los precios de los bienes y
servicios, por lo que prepare su cinturón y apriéteselo.
Notas al Vuelo: Aún
están pendientes los temas del TLC y el famoso Muro…Un irreconocible Luis
Miguel obtiene su libertad con $1 mdd…Ya solo quedan sombras de los
campamentos, así es la vida…Este Pajarillo Sigue Volando.
El autor es analista político desde 1992, catedrático
universitario y tiene amplia formación en el servicio público.
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