miércoles, 3 de mayo de 2017

ENTRE LOS AUMENTOS Y LOS DISPAROS.

APUNTES AL VUELO: ¿QUE LE ESPERA A LA ECONOMÍA MEXICANA?  
Por Juan Enrique “Pájaro” González

Todo es cuestión de enfoques y de la trinchera en que nos encontremos. Tras permanecer la economía en un sube y baja durante los últimos tres meses por la falta de decisión de las autoridades de hacienda, por fin alguien se decidió actuar al respecto, siendo los aventurados los analistas privados que se animaron a elevar los números de sus pronósticos, al considerar que abra un aumento en un 5.67% en las finanzas de las familias mexicanas, pero no se adelanten a los hechos, lo hicieron con respecto a la Inflación que afectará en los siguientes meses. Nos referimos a que los precios subirán de los productos y servicios que se consumen en los hogares, porque no habrá una caída de los mismos, al contrario se dispararan.  
Para afrontar esta situación, los mexicanos deberán enfrentar con una firmeza que ha estado ausente por parte del sector gubernamental, siendo el principal reto la inseguridad pública, el segundo reto es el combate a la corrupción, un mal que aqueja desde Los Pinos hasta las cámaras empresariales, y en tercero los cambios en las formas de conducir las reformas educativas, otro punto directo al gobierno. Uno de los mayores dolores de cabeza es la inseguridad que se padece, lo cual se traduce en la falta de confianza para invertir los ahorros personales o de la familia en el sector económico, ya que rápidamente son víctimas de violencia, robo y el abuso de la autoridad.
En los últimos tiempos ha existido una cruda descomposición en los valores y costumbres familiares, las cuales se ven reflejadas en las actitudes de padres que abandonan a sus hijos y de hijos que desobedecen a sus adultos, y estos padres son profesionistas que dirigen una empresa, y este es el trato que dan a sus subordinados, quienes replican esta actitud con los empleados, una verdadera cadena de producción. O bien estos padres son maestros, que se encargan de la formación de los valores de los pequeños, se educan en la creencia que es normal este trato, porque lo reciben en casa y se replica en la escuela. Definitivamente, no todo es culpa de las autoridades, que también tienen su cuota de responsabilidad, porque todos le abonamos un tanto un poquito más a esta espiral de descomposición social.
Una persona que se involucra en actividades delictivas deja sin sustento a una familia, para transmitir el botín a la economía de su hogar. El origen tiene diversos factores de carácter social, de usos y costumbres, psicológico, económico y político, particularmente de aquellos que se ven inmersos en el escándalo por las famosas grabaciones de un padre de familia que le ofrece una jugosa cantidad a una política que es madre de familia que lleva esos dividendos a su hijos.  
El segundo reto a enfrentar es la corrupción, esa enfermedad que envenena el alma de quienes  abusan del poder por estar al frente de una empresa o de una dependencia de gobierno, de quien dispone de recursos económicos suficientes para ofrecerlos, porque simplemente no son suyos, los dilapida porque no se ha esforzado para conquistar las riquezas. Como dirían los antiguos sabios “el hombre justo lo es por su naturaleza” y definitivamente estos personajes sociales no lo son. Prefieren incurrir en actos menores de cohecho al interactuar con ciudadanos comunes y corrientes, como nosotros, que estamos dispuestos a invertir a fondos perdidos para salir delante de un problema en la escuela, el trabajo o con los engorrosos trámites burocráticos. O bien, si nos sentimos de altos niveles participamos en la corrupción a gran escala al involucrarnos con amigos para influir en los círculos empresariales o centrales del Estado, y que permitirá a líderes beneficiarse bajo el pretexto que todo es por el bien común. En ambos casos una familia invierte y otra familia se beneficia, aquí regresamos al punto de los valores en casa.
Existen casos muy claros que la corrupción afecta a todos, no solo a la clase política. Lamentablemente tenemos los ejemplos de los ex Gobernadores que se encuentran presos o prófugos por malversación de fondos, pero también existen casos de empresarios que comenten delitos con fondos privados, al contratar servicios, desviar contratos o al negarse a pagar impuestos. Si desde la casa de estos hoy Padres de familia, les hubieran inculcado lo valores de honradez, hoy no estarían enfocados en generar más beneficios fuera de libreta para sus hogares.
La vida de muchas vueltas, por eso ahora el Gobierno debe avocarse a afrontar una asignatura pendiente, la cacareada reforma educativa, esa que es la llave de todo este océano de problemas sociales. Siempre hemos escuchado de personas mayores a uno, que antes la educación y los valores eran rectos y directos, que antes todo era mejor. Pero hay una realidad, cada vez estas frases se diluyen en un pozo porque vemos mayor inseguridad y violencia, desde los videos juegos o los programas de televisión, o bien somos testigos de actos de conductas ilícitas de corrupción que son resultado de una sociedad que funciona con un sistema que no es apropiado, pero considera que es normal. En este tenor debemos de considerar que existen dos causas de los problemas educativos,  los factores del fracaso pueden ser por cuestiones externas y personales. Las primeras son las que rodean el entorno en que se desarrolla el joven aprendiz, como la familia y la escuela, dos pequeños grandes detalles que hemos estado comentando en nuestra columna. Y las segundas son las que afectan de manera particular a los pequeños, como son la falta de carencia afectiva, la baja autoestima y los problemas de salud, circunstancias que influyen en la formación de los futuros adultos de esta sociedad.
De manera general, la opinión social ha venido a la baja con respecto a la actuación de las autoridades federales en los temas de seguridad, combate a la corrupción y educación, situaciones que se ven reflejadas en los indicies de popularidad del Presidente de la Republica que se encuentra en la cantidad más baja para un mandatario, así como en la opinión de los empresarios y de los comerciantes, padres de familia preocupados por llevas un sustento a sus familias. Los empresarios califican muy bajo a las políticas económicas, al considerar que este no es el mejor momento para invertir por lo que esperar perdidas corporativas, en tanto que los comerciantes han perdido la confianza por la falta de rumbo ante el alza del dólar, del combustibles y la subsecuente escalda de precios en los bienes y servicios, situación que no cambio al bajar el dólar. Por lo que para las familias de estos mexicanos y las de nosotros, no se esperan repuntes en las finanzas domésticas en el presente año, se vislumbra un disparo en los precios de los bienes y servicios, por lo que prepare su cinturón y apriéteselo.
Notas al Vuelo: Aún están pendientes los temas del TLC y el famoso Muro…Un irreconocible Luis Miguel obtiene su libertad con $1 mdd…Ya solo quedan sombras de los campamentos, así es la vida…Este Pajarillo Sigue Volando.

El autor es analista político desde 1992, catedrático universitario y tiene amplia formación en el servicio público.  

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