martes, 3 de octubre de 2017

DE MOVIMIENTOS A MOVIMIENTOS

YO NO ESTOY CON ESTOS MANIFESTANTES
Por Juan Enrique “Pájaro” González

Todo es cuestión de enfoques y de la Trinchera en que nos encontremos. A principios de año nacieron en México manifestaciones sociales con motivo del famoso gasolinazo, el cual llegó para quedarse porque a pesar de las marchas y que el dólar bajo, la gasolina y los precios de los productos que subieron ya nunca volvieron a bajar. Con motivo de estas inconformidades surgió un movimiento local en Baja California en contra del alza generada por el gasolinazo al que se sumó el tema del agua, el cual estaba encabezado originalmente por la célula 686, la cual tuvo una respuesta de la ciudadanía que se expresó libremente sin la presencia de líderes políticos, ni partidos.
Estas expresiones populares fueron bien vistas por la ciudadanía y los analistas sociales, pero cuando entraron otros liderazgos a intentar obtener “agua para su molino” la lucha inicial se desvirtuó y la fuerza natural del movimiento junto con ella. Al grado que llegaron otros grupos ajenos, para levantar grupos subversivos que de buenas a primeras se apoderaron del movimiento social, presentaron un pliego petitorio kilométrico y montaron plantones, en el Estado, el Congreso y el Municipio, todos con motivo en común:  intentar desestabilizar a las Instituciones.
De buenas a primeras el movimiento cambio, la Célula cambio de dirección, el pueblo se alejó y llegaron para quedarse personajes extraños y ajenos para los mexicalenses, los cuales poco a poco han ido mostrado su pasado y su verdadero rostro, el de la intolerancia.
Vayamos por partes. Comencemos por los medios de comunicación que de cubrir intensamente y a detalle cada movimiento de las marchas, fueron más analíticos con las noticias y objetivos con la realidad de los nuevos rostros de las marchas y campamentos, al grado de marcar una sana distancia con los líderes, su ideales y sus acciones reaccionarias, en las que pretendían descalificar todo pronunciamiento del Gobierno y de la Comunidad que estuviera en sentido opuesto a sus planteamientos. Recientemente han llegado al grado de cuestionar a los mismos medios, particularmente a los periodistas y comunicadores que tienen toda una vida de investigar y analizar con frialdad los sucesos de la comunidad. El malestar de los manifestantes es que no cubren sus notas y comunicados, ya que los consideran “aliados al sistema” y “enemigos del pueblo”.
Suponiendo que los planteamientos de los manifestantes sean justos, han incurrido desde un principio en una serie de estrategias para intentar convencernos que son nuestros representantes, al diseñar una red de mentiras en las redes sociales, en las que con personajes reales y otros virtuales publican y descalifican a todo lo que se mueva en sentido diferente a sus propuestas. Los personajes reales tienen una limitada vida propia o familiar, ya que la mayoría de sus publicaciones se enfocan en criticar a la Federación y el Estado, ahora sí que hacen corte de caja parejo, ya que critican a todo lo que emane del PRI así como del PAN, y recientemente al PRD, particularmente desde que iniciaron las negociaciones para construir un Frente Amplio.
Bajo esta perspectiva los personajes virtuales no publican nada de nada, son simples espectros en el mundo de las redes sociales, ya que en sus muros no cuentan con nada de publicaciones personales ni familiares, todo se focaliza en criticar abierta y ácidamente a quienes asomen la cara para hablar bien de la Federación y el Estado. En palabras coloquiales les pegan hasta por debajo de la lenguaje a tus amigos, mis amigos y todos aquellos personajes que si hablan de frente y con la verdad, porque son gente de carne y hueso, en tanto los que atacan se esconden en las penumbras del internet para hacerlos pedazos. Así de sencillo.
  
Y como reza el encabezado de nuestra columna “Yo no estoy con estos Manifestantes”, porque es la expresión que escuchas de tus amigos y mis amigos, aquellos ciudadanos que libremente acudieron a las manifestaciones, pero que pintaron su raya al ver la calidad de los pseudo líderes que se montaron del escenario social. Porque los amigos son mexicalenses que si trabajan arduamente todos los días, que sus hijos si van a las escuelas a estudiar y que sus parientes si se preocupan por la comunidad de manera responsable, que podrán no estar de acuerdo con el Gobierno, sus Centros de Trabajo o con la Vida misma, y no por eso van a destruir y vandalizar a la sociedad, en pocas palabras no van a gritar al “diablo con las Instituciones”. Porque esta frase le queda como anillo al dedo a su autor, ya que más sabe el Diablo por viejo que por Diablo.
Y como reza el encabezado de nuestra columna “Yo no estoy con estos Manifestantes”, porque es la expresión de priistas, perredistas y panistas que si bien es cierto tienen ideologías diferentes, que podrán discutir intensamente pero con sólidos argumentos, pero que al final saben construir acuerdos en base a la tolerancia para el beneficio del avance social. Estas fuerzas políticas están enfocadas a cosas más importantes en la búsqueda de lo que nos une y no lo que nos separa como mexicanos, como es la reconstrucción de la sociedad a nivel Nacional y Estatal.
Al igual que los estudiantes y los jóvenes “Yo no estoy con estos Manifestantes” que pretenden aprovecharse del espíritu rebelde y sus pensamientos de libertad, porque buscan insertar en su mente la idea de que la estructura social es errónea y malvada. Pero se equivocan, porque a pesar de su lucha revolucionaria, los jóvenes están en la búsqueda de su yo interno para aportar algo a la sociedad, ese algo que los haga sentirse diferentes y parte de sus comunidad. No en convertirse en jóvenes que secuestren las Instituciones y causen destrozos en las mismas para después argumentar que actuaban en libertad y que hoy son oprimidos.
Así como “Yo no estoy con estos Manifestantes” hay miles de Cachanillas y de Bajacalifornianos que piensan igual que nosotros, porque somos más los ciudadanos responsables y trabajadores que los manifestantes con sueños de permanecer permanentemente en plantones o de vivir una vida al estilo Che Guevara. Al final uno debe determinar si quiere ser parte de la sociedad establecida y escoger en que partido político quiere participar o dejar de hacerlo, o bien convertirse en un hijo de los que están en “contra de una mafia del poder” y de “mandar al Diablo a las Instituciones”.
Notas al Vuelo: Y ustedes ya donaron en cualquiera de los Centros de Acopio…Ha sido una semana difícil entre desquiciados armados y enfrentamientos de libertad en la Madre Patria…Este Pájaro Si Vuela.  

El autor es analista político desde 1992, catedrático universitario y tiene amplia formación  pública.  

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