EL MUNDO DEL DIAMANTE
Tal
y como dice la frase “No todo lo que brilla es Oro”, por eso las estrellas del béisbol
brillan en el Diamante de Pelota, así de simple y sencillo. Los beisbolistas
que logran colocarse en las Ligas Mayores deben aprender que es un nuevo Mundo al que deben de
adaptarse, en el que se habla un lenguaje diferente, se camina diferente y el código
cultural es totalmente opuesto a todo lo
que han vivido, por un simple detalle: están en la Gran Carpa. A la cual se le
bautizó así porque solamente las grandes ciudades tenían equipos en la antigua Liga
Nacional y en el joven circuito de la Liga Americana, las cuales terminaron fusionándose
en 1902 para dar lugar al gran show de Las
Ligas Mayores.
Todo
es diferente, comenzando por el recinto en que se practica el juego de pelota.
Ya que cada estadio es un monumento que asemeja al Coliseo Romano, los cuales
dejan boquiabiertos a los niños que acuden de la mano de sus padres, siguiendo
el ritual del abuelo que llevo a su hijo, así como a los mismos peloteros novatos
que tienen una oportunidad de transcender, pero antes deben de comprender que
el Deporte es un ante todo un negocio. Ya no es un pasatiempo donde admiras a
tu equipo y escuchas música a todo volumen, es un gran negocio, en donde todos
son tratados como lo que son “estrellas” y reciben un pago acorde a este valor acordado
por la gran maquinaria del show bussines.
Para
los aficionados de la Liga del Pacifico y del Caribe acudir a los parques
locales es para admirar y vitorear a sus ídolos, o bien para hacerle bulla a los
rivales y gritar con todo aun cuando las butacas no estén llenas, porque se
vive diferente la magia de este deporte familiar. Sin embargo este proceso
cambia en la transición del novato que brinca a Las Mayores, en donde los fanáticos
simplemente disfrutan del juego sin meterse tan apasionadamente con los
peloteros, y estos deben demostrar que están hechos de la madera que se
requiere para estar jugando en la Gran Carpa.
En
las Ligas de Verano y de Invierno, que son relativamente cortas, los jugadores
deben de entrar en ritmo en cada juego, en cambio en la Gran Carpa los aficionados
esperan que el pelotero le pegue a doña Blanca con todo desde el primer día,
aun cuando la temporada es de 5 largos meses, los profesionales le exigen a los
lanzadores que tengan más de 25 intervenciones en las que deberán de recetar más de 120 ponches y lanzar bolas de fuego que
obliguen a los temibles bateadores a conectar inofensivos elevados de grandes
ligas. Por su parte estos buscan campañas de 30 cuadrangulares, de 100 carreras
impulsadas y conectar 300 de porcentaje de bateo. Porque tal y como decía el
Mago Septien “al final de cada juego solo quedará la frialdad de los números”.
La
otra regla es la no escrita, en la cual se establece el respeto al
contrincante. Tal y como dice el Tigre Mayor, el venezolano Miguel Cabrera, una
cosa es celebrar y otra es faltarle el respeto al odiado rival, el cual fuera
del Diamante es tu amigo. Por eso hay muchas maneras de expresar las emociones efusivamente
después de una jugada de poder, porque el pelotero se gana el respeto no con
los triunfos, se lo gana celebrando con respeto al Rey de los Deportes, de esta
manera la fanaticada te reconoce en tu Casa o en el Estadio de los adversarios.
DESDE
LA BANCA
Faltan 103 días para irnos a Rusia…Esta semana
es el Clásico Nacional y el América va a ganar en Guadalajara…Un nuevo
conflicto en la NFL con la confrontación millonaria entre la Liga y los Cowboys…En
tanto los equipos ya se preparan para reclutar talento en el famoso Draft Day…En
una semana en la Champions solo quedaran 8 equipos…Este Paja
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