UNA Y
OTRA VEZ
Por Juan Enrique “Pájaro” González
Todo es
cuestión de enfoques y de la trinchera en que nos encontremos. Todos los días nos
proponemos mejorar y hacer mejor las cosas, pero en ocasiones operan factores
propios que nos llevan a reconsiderar nuestra decisión, y en otras influyen
factores externos que son tan misteriosos como los caminos de la vida, pero en
ambos casos tenemos la oportunidad de tomar la decisión que en su momento
consideramos la correcta. En esta disyunta me vi recientemente y creo que tome
la decisión errónea, un verdadero error que voy a enmendar, claro habrá que
pagar el precio, aunque no estemos de acuerdo con él y lo haremos con la mayor
de las sabidurías. Porque después de la tempestad viene la calma.
Pero este
sentido de la vida no funciona tan sencillo como aquí lo describimos, porque cuantas
personas conocemos que a pesar de las dificultades que se presentan, siempre
caen en los mismos errores, aun cuando prometen que van a cambiar una y otra
vez nos demuestran lo contrario. Estos casos los vemos en el hogar, en la
escuela y en el trabajo, con amigos que hacen comentarios directos y sin medir
las consecuencias, ya sea en vivo y a todo color, o bien en los espacios de las
redes sociales. Son casos cotidianos que vivimos a diario, por lo que mientras
leemos estos comentarios se nos viene a la mente un ejemplo reciente o que es
parte de las anécdotas del pasado.
Bajo este
tenor no debe sorprendernos que una y otra vez se resbalen con sus actuaciones
o comentarios personajes públicos, lo vimos con el pintoresco Vicente Fox en su
campaña política que lo hizo ganar en el 2000 para convertirse en el primer
Presidente emanado de un partido diferente al PRI, él no tenía orígenes revolucionarios,
pero después incurrió en el error de apoyar a los priistas durante la etapa de
Enrique Pena Nieto, una verdadera pena de talento desperdiciado. Y
precisamente, ya que hablamos de errores que quedan grabados para la
posteridad, pues están los cometidos por el actual Presidente de México, quien
una y otra vez, cometió declaraciones torpes, así como actuaciones discordantes
durante su sexenio, pero es tal su nivel de desubicación, que no termina de
ubicar que el aún es el Presidente de nuestro país, pero ha decidió irse por la
tangente y dejar ese vacío en manos del próximo mandatario.
Sorprende a
propios y extraños que el Presidente Pena Nieto se quede cruzado de brazos,
siendo testigo de cómo el Peje decide la agenda nacional, cuando al priista le
quedan aún dos largos meses por los que fue electo hace 6 años, extrañamente ha
asumido la actitud de los gobernantes de antaño que le dejaban el camino
abierto a su compañero de partido que se imponía en las urnas, esto gracias a
todo el poder del Estado. Pero basta recordar, que Andrés Manuel proviene del
PRI, allá en su Estado natal donde fue líder de su partido, por lo que una y
otra vez nos preguntamos ¿en verdad dejo atrás sus orígenes para refundar un
nuevo partido y una nueva nación?
Ahora que López
Obrador ha conseguido el triunfo electoral, por el que compitió por tercera vez
con dos partidos diferentes, y que Pena Nieto le ha dejado la puerta abierta
para que sea él quien establezca los grandes acuerdos, tanto en el Congreso,
como en el Poder Judicial y claro en el Ejecutivo, hemos sido testigos que las
promesas de campaña y los proyectos que prometían una 4ta transformación, todos
han quedado de lado. Una vez más.
Cada día tiene
la oportunidad de ofrecer una nueva visión de lo que está ocurriendo en el
territorio nacional, pero la realidad es que no se trata de una nueva visión manera,
sino de un proyecto que López Obrador oferto en campana y que ya ha expresado
directamente el que no se va a respetar, y en ocasiones han salido sus asesores
y colaboradores a rematar que no será posible, porque existen impedimentos
legales y económicos.
Un día nos
dice que se realizara una consulta para que la población participe en un
proyecto nacional, porque el pueblo es sabio y cuenta con la preparación para
tomar decisiones, ya que él es producto de un despertar de la conciencia
colectiva, la cual tomo una sabia decisión al elegirlo como su Presidente. Pero
al día siguiente nos manifiestan que no están preparados o que no han definido
el mecanismo, y que además el pueblo no está preparado para participar en la decisión.
Curiosamente para dos proyectos de infraestructura manejan dos discursos diferentes,
para el caso del Aeropuerto en la Ciudad de México el pueblo debe de participar
en la famosa consulta, pero para el tema del tren en la zona sureste del país ya
está tomada la decisión, por lo que no será necesaria la sabiduría y participación
del pueblo.
Así como comenzamos
detallando los puntos que uno debe de considerar en su vida diaria y de los pequeños
grandes detalles que se comenten, los cuales dependen de uno de ser corregidos
o agigantados, es así como hemos visto que un día si y el otro también, durante
los meses de julio a septiembre que el Peje, nuestro Presidente de la Nación
electo, y su equipo de colaboradores, que conforman ciudadanos de diversas
corrientes ideológicas, han cometido una
serie de errores que no están dispuestos a corregir.
Una y otra vez
nos han demostrado que la Republica amorosa y la etapa del perdón solo fueron
promesas de campaña, porque con su vocabulario folclórico y retorico han
incurrido en frases que no unen, al contrario, separan. Pero lo más irrisorio
de todo, es que lo que critican ácidamente en el adversario político y social,
lo fomentan en sus simpatizantes como una crítica dura que debe de ser seguida
al pie de la letra. Sin embargo, al día siguiente ellos mismos son ejemplos de
que las cosas no van a cambiar, que seguirán tal cual, y el caso más reciente
es el haber criticado a los que tienen dinero y los califican como “fifís” una
palabra que separa y denigra a la persona, criticando al que puede y tiene los
recursos para vivir, viajar o invertir en algo que es cariñoso.
Y ahí van los
seguidores a defenderlos, lo cual es lamentable, porque inconsciente o conscientemente
están apoyando a una persona que los va a dejar mal parados a la primera de
cambio. El ejemplo es la boda del vocero del Peje, un evento de mucho dinero,
que se ve en todos los detalles de la ceremonia religiosa, que contó con vallas
de seguridad en la calle y en el perímetro de la iglesia, un exceso de
seguridad para el que ha expresado que no es necesaria la seguridad
presidencial. Pero si esto se contrapone a los ideales de austeridad, basta con
ver las imágenes del jardín en donde se celebró la fiesta del colaborador de López
Obrador, una verdadera fiesta de reyes. Entonces la pregunta es ¿quién pago
esta fiesta millonaria?, y ¿porque critican a los fifís?, si en la primera
oportunidad se comportan como tales.
Notas al Vuelo: Una y otra vez nos han demostrado que las cosas seguirán
igual…Para dejar de hablar de alguien, este debe dejar de equivocarse tanto…Este
Pajarillo Sigue Volando.
Analista
político desde 1992, catedrático universitario y con formación en el servicio
público.
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