Todo es
cuestión de enfoques y del lado en que nos encontremos al analizar los hechos.
Hace 18 años cuando las encuestas comenzaron a tener peso en los procesos
electorales en México, estás eran en teoría objetivas y apegadas a las
realidades sociales y políticas, siendo realizadas al principio por empresas
encuestadoras que hacían sus primeras exploraciones en el virgen terreno de la
opinión pública. Al principio no existía una clara regulación legal, la cual
evoluciono para definir tiempos de aplicación, contenido de las mismas y fechas
de publicación.
Hace doce
años, con nuevas reglas para fortalecer esta democracia incipiente y el despertar
de una autentica participación ciudadana, las encuestas jugaron un papel
importante y se convirtieron en una herramienta necesaria y estratégica en los
equipos de campaña internos y externos, para buscar convencer a los
simpatizantes e indecisos de que su candidato era la mejor opción. Fue una
época donde las casas encuestadoras se profesionalizaron en la metodología para
ser aun más certeros en sus resultados. Esto origino por parte de los
competidores que se miraban superados en las encuestas, el acuñar la frase que
afirmaba “que el que paga manda”.
Hace 6 años
el manejo de las encuestas fue clave para fortalecer las estrategias de los “cuartos
de guerra”, fue así como los números pasaron de ser objetivos a subjetivos,
dependiendo del momento del proceso electoral y del resultado que se operaba
desde los famosos call center. Aquí
inicia la etapa donde se elaboraban encuestas de manera frecuente, pasando de
una cada treinta días, a una por semana, lo que permitía mantener la radiografía fresca del mapa
electoral.
En la
actualidad, algunas empresas encuestadoras han caído de la precisión a la
imprecisión, de números reales al manejo de resultados como los espera el
candidato, llegando al punto de que la opinión pública ya no acierta en cual
tendencia creer. Esta ha generado hoy en día, que algunas casas de campaña
manejan encuestas bajo pedido para que su candidato resulte ganador y sus
opositores se mantengan distantes, o bien, una donde generan la percepción de
que ya esta decidida la elección, cuando realmente faltan tres semanas para que
se tome la decisión en el día D.
Antes del
segundo Debate Presidencial, si sumáramos todas las encuestas que están
disponibles, nuestro producto seria una ensalada que en teoría daría a la
opinión pública una señal que la moneda aún está en el aire, por lo que la
decisión final podría ser diferente, tan diferente que unos ya regresan a sus
viejos y desgastados discursos de descalificar y otros a declararse ganadores
en la parte más importante del proceso.
Apuntes al Vuelo: porque un periodista tan aguerrido
se porta tan dulce con una candidata que no conoce los principios de su Partido
y toma cursos para conocer a la gente del Valle?…Cuestionara igual al candidato
varón que tome cursos de cocina?
Publicada el 5 de Junio del 2012 en www.encuentro29.com
Publicada el 5 de Junio del 2012 en www.encuentro29.com
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