APUNTES
AL VUELO
Por
Juan Enrique “Pájaro” González
Todo es
cuestión de enfoques y de la trinchera en que nos encontremos. Las
Instituciones Públicas fueron creadas por el Estado para contribuir al
desarrollo de la sociedad, y la sociedad se organiza para fortalecer el
desarrollo de las Instituciones. Son ciclos de la vida política y social que se
cumplen en la casa, en la escuela, en los centros de trabajo y en el contacto
diario con otras personas que podrán pensar igual que uno o inclusive votar
diferente a nosotros, pero que coinciden en la importancia de actuar en base de
principios y valores, este es el camino correcto que nos permite decir que son
para que viva México. Bajo estos postulados, se escribe esta columna cuyo
título se toma de una entrevista realizada al Síndico Procurador, que recalcaba
la importancia de retomar el camino correcto, pero inmediatamente surge una
pregunta ¿Cuál es ese camino? ¿Ese camino es para que viva México? y las
respuestas pueden ser tan variadas como la función de cada uno de los dedos de
la mano.
Cuando la
sociedad se decide en participar, lo hace con la completa libertad con la que
nació la oposición en este Estado, aquella que en los 50’s discernía del
sistema autoritario, por eso se organizaron en partidos políticos para tomar
decisiones libres y democráticas, con la plena conciencia responsable y cívica
de hacer las cosas por el camino correcto. No queremos que los partidos se
desvíen de dicho camino organizando elecciones donde se coarta la libertad de
expresión, o bien se otorguen gratificaciones en todas sus expresiones por
parte de Instituciones Públicas, para que el ciudadano emita su voto. Este no
es el camino correcto, porque cuando fundaron un primer Partido como experimento
para después crear otro, lo hicieron
huyendo de las tácticas que aprisionaban su espíritu de lucha. Por eso cuando se anunció que el líder moral
del Sol Azteca no vendría al Estado, dejando la competencia democrática en un
solo lado se presagiaban vientos huracanados en el interior de los
simpatizantes y de las tribus de este partido.
Ahora que después
de dos años de ejercicio en el poder se avecinan los cambios en las
delegaciones federales, es porque un grupo político presiona por espacios para
el crecimiento de su gente, con el argumento que esto permitirá que las
Instituciones Públicas cumplan con su función principal ya que el ciclo de los
iniciadores ya se ha agotado. Pero el camino correcto debería de ser que desde
un principio se hubieran seleccionado a personajes que cumplían con el perfil del espíritu de servicio, ese
que ahora sabemos que es el que marcan los cánones revolucionarios. O podría
ser como dijo un político cachanilla con respecto a estos enfrentamientos del
poder de “que todo es un Mito” y que en su momento se acreditara la necesidad
de los cambios para el beneficio de la colectividad.
Finalmente,
cuando se ingresa a un Partido se hace con la alta motivación que nos permite
identificarnos con su filosofía, no con el “sospechosismo” que en la actualidad
han motivado a más de tres mil personas para pertenecer de manera espontánea al
Partido gobernante. El camino correcto es tomar la iniciativa para decir no al
corporativismo, a aquel al que se oponían fuertemente los bajacalifornianos que
salían a las calles para expresar su voz, o bien para golpear las cacerolas que
decían “aquí estamos para evitar que sea mutilada nuestra voluntad’ o que votaban
en contra para “negarle al Presidente De la Madrid su constancia de mayoría”,
pero los tiempos cambian y ahora todos gritan desde sus trincheras ¡Viva
México!
Notas al Vuelo: Si escribes libre como el viento, ellos vendrán…ese
es para algunos osados el camino correcto…pero la moneda sigue en el aire.
El autor es analista político desde 1992, catedrático universitario
y tiene amplia formación en el servicio público.
Columna No. 141
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