Todo es cuestión de enfoques y del país en que te encuentres.
Mientras que en México el
que un equipo de fútbol tenga puros jugadores nacidos en su territorio es una
tradición, en los Estados Unidos el que un equipo de futbol americano tuviera
solamente a anglosajones sería visto como segregación racial. Toda la
perspectiva cambia. El equipo más popular de México son las gloriosas Chivas
del Guadalajara, el cual se fundó en 1906, desde entonces en el “Rebaño
Sagrado” únicamente militan futbolistas nacidos en México, y en la actualidad
hijos de mexicanos. Este es el legado social de la gran escuela rojiblanca,
sinónimo de pasión y orgullo por ver jugar al mejor equipo de México con un
cuadro cien por ciento azteca. Esto se considera un mexicanismo, es decir una
palabra propia del leguaje español que se utiliza en México para distinguir las
características que nos hacen exclusivos con otras variedades de la basta
lengua española. Pero del otro lado de la frontera, hasta la década de los 50’s
los equipos locales o de nivel profesional jugaban exclusivamente con
anglosajones para darle un valor al hecho de ser “puros nativos”, pero en la
actualidad si intentaran continuar con esta “tradición norteamericana”,
serían señalados por la opinión pública como promotores de la segregación
racial e inmediatamente recibirían quejas y demandas por asociaciones
activistas en favor de los Derechos Humanos, particularmente en el tema de
libertad e igualdad. Definitivamente los tiempos cambian.
Estos son
los temas que llaman poderosamente la atención para los estudiosos de los temas
jurídicos, se considera que existe Segregación cuando se acentúan las
diferencias por el color, la raza y la religión, hasta por edad y sexo. Así
como nos sorprendemos por el trato desigual que reciben en los Estados Unidos
los afroamericanos al ser víctimas del “Racismo”, deberíamos echar una mirada a
la Segregación que existe en México, la cual es dura y cruel con la gente de
abajo, se llama “Clasismo” y lamentablemente es una voz que se expresa en las
redes sociales con los términos de las “Ladys” o los “Lord”, palabras que se
utilizan para identificar a mexicanos que se sienten superiores a sus
connacionales y por tal motivo los toman por sorpresa en la calle. Las redes
están inundadas de personas que maltrataron a un indigente, le echaron el carro
encima a un ciclista o bien regañaron a un mesero por ser “Hijos de Papi”. En
ambas naciones estas diferencias son producto de sus respectivas culturas y de
la polarización ideológica de todos los sectores sociales, por lo que se debe
actuar para ponerle un freno. Hay que poner manos a la obra, porque los tiempos
cambian y no queremos que estas actitudes se conviertan en buenas costumbres.
Bajo las
diferentes percepciones del lugar en que nos encontremos, en Brazil le han dado
colorido a las desigualdades y la pobreza con las “Favelas” ubicadas en Río de
Janeiro. Estas particulares y coloridas viviendas son atractivas zonas para los
turistas, los cuales acuden a tomarse fotos en los cinturones de miseria que al
igual que en Brazil las hay aquí en nuestra Ciudad, pero carecen de la magia
carioca para inspirarnos a pararnos en un lote baldío a tomarnos una foto para
el recuerdo de nuestra visita. Esta zona de desigualdad brasileira tiene sus
orígenes en el año 1897, cuando los soldados cansados de las promesas de que
recibirían un techo, ellos mismos decidieron poner manos a la obra al tomar las
colinas para construir ahí sus chozas, las cuales cubrieron con plantas
silvestres típicas de la región tropical, a la que los lugareños llamaban
“Faveleira”. Esta planta que en el pasado representaba pobreza y diferenciaba a
los estatus sociales, ahora se utiliza como planta de ornato en los jardines de
Brazil, Uruguay, Argentina y Paraguay. Definitivamente los tiempos cambian.
Para los
sociólogos lo anterior se considera Segregación Urbana, la cual es definida
como la combinación de disparidades sociales y geográficas para los diferentes
estratos de la población, tal y como fue el ejemplo de la desigualdad en la
vivienda aquí y en Río de Janeiro, con la única diferencia que allá estas
bailando zamba. Pero también existen marcadas diferencias en la calidad de los
servicios por zonas, ya que en algunos lugares los camiones de transporte están
presentables y en otros simplemente no pasan, o bien el acceso a los espacios
recreativos, educativos y culturales. Las diferencias pueden llegar más lejos y
ser más marcadas, por la edad y el sexo, o las preferencias sexuales que este
será nuestro siguiente cao de que los tiempos cambian.
En el pasado
se establecieron cambios en las leyes para generar mayor igualdad entre hombres
y mujeres, lo que contribuyó a la liberación femenina, comenzando por otorgarle
el voto, la educación y las oportunidades laborales. Con el paso del tiempo
estas acciones fueron vistas de manera normal al ser parte de la vida diaria,
pero entonces sucedió aquí en México que los varones sacaron provecho de un
hecho, el que sería bautizado como las “Adelitas”, al haber nombrado a las
mujeres como candidatas propietarias de un cargo que ganaron en las urnas, pero
que después les pidieron que renunciarán al haber sido un acuerdo. El beneficio
era para los caballeros que se habían inscrito como suplentes, por lo que
entrarían en funciones inmediatamente. Esta situación recientemente fue catapultada por las nuevas
generaciones de mujeres al promover intensas reformas para darle mayor impulso
a su movimiento y propiciar que la participación en los asuntos públicos fuera
en equidad. Es decir, se estableció por ley que las cargos de elección popular
serían 50% para ellas y el otro 50% para ellos. Los tiempos cambian, por lo que
es necesario que estas acciones se fortalezcan con la participación de hombres
y mujeres más preparados, porque el primer error es pensar que por el género se
tiene garantizada la igualdad y equidad.
Y finalmente
quiero citar el caso de Segregación Cultural cometido por un comunicador de la
prestigiada UNAM, el cual presume de un alto grado de desarrollo intelectual,
por lo que pensó que podía emitir comentarios muy bien elaborados para denigrar
la persona del fallecido Juan Gabriel. Básicamente se fue a la yugular del
artista al calificarlo como un cantante sin formación educativa, cuando se
conoce de sus orígenes humildes, para después criticarlo por su estilo de
vestir y rematar con sus preferencias sexuales. Estos tres puntos eran los que
distinguían al “Divo de Juárez” y por los que el pueblo se había entregado a él
y a todas sus canciones, porque es importante destacar que en la vida hay
niveles, y Juan Gabriel se había ganado ese estatus superior. Por tal motivo el
comunicador fue cesado inmediatamente en su cargo en la Máxima Casa de
Estudios, pero nunca se disculpó se limitó nuevamente en demostrar su poder
cultural, al expresar en otros espacios informativos que así era él y que no
habría de cambiar. Pero caballero, se le olvido que los tiempos cambian, y como
diría el célebre JuanGa “Te pareces tanto a mí que no puedes engañarme”.
Notas al Vuelo: La metida de pata en Los Pinos tendrá
consecuencias internacionales…En el Gabinete ya hubo ajustes…Este Pajarillo Sigue
Volando.
El autor es analista político desde 1992,
catedrático universitario y tiene amplia formación en el servicio público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario