miércoles, 7 de septiembre de 2016

LOS TIEMPOS CAMBIAN

Todo es cuestión de enfoques y del país en que te encuentres. 


Mientras que en México el que un equipo de fútbol tenga puros jugadores nacidos en su territorio es una tradición, en los Estados Unidos el que un equipo de futbol americano tuviera solamente a anglosajones sería visto como segregación racial. Toda la perspectiva cambia. El equipo más popular de México son las gloriosas Chivas del Guadalajara, el cual se fundó en 1906, desde entonces en el “Rebaño Sagrado” únicamente militan futbolistas nacidos en México, y en la actualidad hijos de mexicanos. Este es el legado social de la gran escuela rojiblanca, sinónimo de pasión y orgullo por ver jugar al mejor equipo de México con un cuadro cien por ciento azteca. Esto se considera un mexicanismo, es decir una palabra propia del leguaje español que se utiliza en México para distinguir las características que nos hacen exclusivos con otras variedades de la basta lengua española. Pero del otro lado de la frontera, hasta la década de los 50’s los equipos locales o de nivel profesional jugaban exclusivamente con anglosajones para darle un valor al hecho de ser “puros nativos”, pero en la actualidad  si intentaran  continuar con esta “tradición norteamericana”, serían señalados por la opinión pública como promotores de la segregación racial e inmediatamente recibirían quejas y demandas por asociaciones activistas en favor de los Derechos Humanos, particularmente en el tema de libertad e igualdad. Definitivamente los tiempos cambian.
Estos son los temas que llaman poderosamente la atención para los estudiosos de los temas jurídicos, se considera que existe Segregación cuando se acentúan las diferencias por el color, la raza y la religión, hasta por edad y sexo. Así como nos sorprendemos por el trato desigual que reciben en los Estados Unidos los afroamericanos al ser víctimas del “Racismo”, deberíamos echar una mirada a la Segregación que existe en México, la cual es dura y cruel con la gente de abajo, se llama “Clasismo” y lamentablemente es una voz que se expresa en las redes sociales con los términos de las “Ladys” o los “Lord”, palabras que se utilizan para identificar a mexicanos que se sienten superiores a sus connacionales y por tal motivo los toman por sorpresa en la calle. Las redes están inundadas de personas que maltrataron a un indigente, le echaron el carro encima a un ciclista o bien regañaron a un mesero por ser “Hijos de Papi”. En ambas naciones estas diferencias son producto de sus respectivas culturas y de la polarización ideológica de todos los sectores sociales, por lo que se debe actuar para ponerle un freno. Hay que poner manos a la obra, porque los tiempos cambian y no queremos que estas actitudes se conviertan en buenas costumbres.
Bajo las diferentes percepciones del lugar en que nos encontremos, en Brazil le han dado colorido a las desigualdades y la pobreza con las “Favelas” ubicadas en Río de Janeiro. Estas particulares y coloridas viviendas son atractivas zonas para los turistas, los cuales acuden a tomarse fotos en los cinturones de miseria que al igual que en Brazil las hay aquí en nuestra Ciudad, pero carecen de la magia carioca para inspirarnos a pararnos en un lote baldío a tomarnos una foto para el recuerdo de nuestra visita. Esta zona de desigualdad brasileira tiene sus orígenes en el año 1897, cuando los soldados cansados de las promesas de que recibirían un techo, ellos mismos decidieron poner manos a la obra al tomar las colinas para construir ahí sus chozas, las cuales cubrieron con plantas silvestres típicas de la región tropical, a la que los lugareños llamaban “Faveleira”. Esta planta que en el pasado representaba pobreza y diferenciaba a los estatus sociales, ahora se utiliza como planta de ornato en los jardines de Brazil, Uruguay, Argentina y Paraguay. Definitivamente los tiempos cambian.
Para los sociólogos lo anterior se considera Segregación Urbana, la cual es definida como la combinación de disparidades sociales y geográficas para los diferentes estratos de la población, tal y como fue el ejemplo de la desigualdad en la vivienda aquí y en Río de Janeiro, con la única diferencia que allá estas bailando zamba. Pero también existen marcadas diferencias en la calidad de los servicios por zonas, ya que en algunos lugares los camiones de transporte están presentables y en otros simplemente no pasan, o bien el acceso a los espacios recreativos, educativos y culturales. Las diferencias pueden llegar más lejos y ser más marcadas, por la edad y el sexo, o las preferencias sexuales que este será nuestro siguiente cao de que los tiempos cambian.
En el pasado se establecieron cambios en las leyes para generar mayor igualdad entre hombres y mujeres, lo que contribuyó a la liberación femenina, comenzando por otorgarle el voto, la educación y las oportunidades laborales. Con el paso del tiempo estas acciones fueron vistas de manera normal al ser parte de la vida diaria, pero entonces sucedió aquí en México que los varones sacaron provecho de un hecho, el que sería bautizado como las “Adelitas”, al haber nombrado a las mujeres como candidatas propietarias de un cargo que ganaron en las urnas, pero que después les pidieron que renunciarán al haber sido un acuerdo. El beneficio era para los caballeros que se habían inscrito como suplentes, por lo que entrarían en funciones inmediatamente. Esta situación  recientemente fue catapultada por las nuevas generaciones de mujeres al promover intensas reformas para darle mayor impulso a su movimiento y propiciar que la participación en los asuntos públicos fuera en equidad. Es decir, se estableció por ley que las cargos de elección popular serían 50% para ellas y el otro 50% para ellos. Los tiempos cambian, por lo que es necesario que estas acciones se fortalezcan con la participación de hombres y mujeres más preparados, porque el primer error es pensar que por el género se tiene garantizada la igualdad y equidad.
Y finalmente quiero citar el caso de Segregación Cultural cometido por un comunicador de la prestigiada UNAM, el cual presume de un alto grado de desarrollo intelectual, por lo que pensó que podía emitir comentarios muy bien elaborados para denigrar la persona del fallecido Juan Gabriel. Básicamente se fue a la yugular del artista al calificarlo como un cantante sin formación educativa, cuando se conoce de sus orígenes humildes, para después criticarlo por su estilo de vestir y rematar con sus preferencias sexuales. Estos tres puntos eran los que distinguían al “Divo de Juárez” y por los que el pueblo se había entregado a él y a todas sus canciones, porque es importante destacar que en la vida hay niveles, y Juan Gabriel se había ganado ese estatus superior. Por tal motivo el comunicador fue cesado inmediatamente en su cargo en la Máxima Casa de Estudios, pero nunca se disculpó se limitó nuevamente en demostrar su poder cultural, al expresar en otros espacios informativos que así era él y que no habría de cambiar. Pero caballero, se le olvido que los tiempos cambian, y como diría el célebre JuanGa “Te pareces tanto a mí que no puedes engañarme”.
Notas al Vuelo: La metida de pata en Los Pinos tendrá consecuencias internacionales…En el Gabinete ya hubo ajustes…Este Pajarillo Sigue Volando.

El autor es analista político desde 1992, catedrático universitario y tiene amplia formación en el servicio público.  

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